FAMILIA Y NUESTRA FILOSOFÍA

Somos la familia Sánchez del Mazo, una familia unida en torno a una gran pasión, la cría del caballo español.

Nuestra yeguada debe su existencia a la ilusión de Florencio Sánchez del Mazo.

Tras más de 40 años de actividad empresarial en Madrid volvió la mirada a su tierra para cumplir su gran sueño, criar los mejores caballos españoles en las fincas que le vieron crecer.

Se trata de una vuelta a las raíces, una ilusión romántica que comparte con su familia, amigos y clientes.

La filosofía de la yeguada se aleja mucho de la búsqueda de un rendimiento económico, siendo el verdadero objetivo la satisfacción de ver nacer y crecer en nuestras fincas animales únicos y excepcionales. Nos esforzamos por aportar nuestro granito de arena en el gran proyecto común de llevar el caballo español a su máximo esplendor, apostando por la calidad y la fidelidad racial dentro de la exclusividad y majestuosidad que ofrecen las capas diluidas.

Se trata de un proyecto ilusionante que vivimos en familia, que compensa todo el esfuerzo invertido y del que nos satisface enormemente hacer partícipes a amigos y clientes.

En la actualidad, la dirección de la yeguada la comparte Florencio con su hijo Pedro, quien gestiona la parte estratégica, comercial y de comunicación. Una tercera generación de pequeños aficionados viene también empujando con fuerza para mantener viva esta apasionante aventura.

NUESTRO OBJETIVO

Nuestro objetivo es criar un caballo P.R.E. de máxima calidad en capas diluidas.

El criterio de selección que seguimos se basa en 5 pilares:

  • La mejor morfología de acuerdo al patrón racial.
  • La nobleza y buen carácter.
  • La funcionalidad
  • La talla
  • La capa

Contamos con dos líneas de cría con en torno a 30 yeguas de vientre:

  • Dilución crema. Criamos magníficos ejemplares perlas, cremellos, palominos y bayos.
  • Dilución perla. Apostamos por la capa isabela como una capa de gran futuro dentro del PRE y por la capa perlina

Nuestros potros nacen en un entorno controlado para su correcta supervisión y se crían en libertad con sus madres en nuestras praderas. Con la cría en manada conseguimos que el desarrollo físico y psicológico de nuestros potros sea el óptimo, de manera que conservamos la natural predisposición de nuestros ejemplares para la nobleza, dejándolos en perfectas condiciones para el posterior manejo y comienzo de la doma.